El año 2011 está terminando y la verdad que ha sido (y es) movidísimo en cuanto a proyectos personales, laborales y sobre todo académicos y del fandom de que me hice adepta, porque me han demandado una cantidad de tiempo inconcebible. Pero no vine a este lugar a lamentarme sino a dar señales de existencia.
La hermosa actividad que todos amamos en el mundo del rol sigue en pie; de hecho, el grupo no hizo más que crecer: se han agregado (graciosamente, desde el fandom de Hetalia) nuevas integrantes. Otras son sólo espectadoras, por el momento; y todas ellas han demostrado tener habilidades espectaculares.
(Sí, Sol Invicto siempre rodeado de mujeres...)
Así que las grandes pasiones no las he abandonado, más que para contribuir más trabajo desde otros planos menos virtuales. El amor sigue ahí intacto como el primer día.
Así que próximamente haré una reflexión sobre el juego que me compete desde hace un año, casi: Scion, los hijos de los dioses.
¿Debería decir que también dirigí Demonio una vez más? Bueno, también lo hice, y ser master es gratificante pero agotador, había olvidado eso. Aunque me enorgullece decir que fueron dos de tres iniciados conmigo al universo oscuro de los Elohim.
Y... vaya, bastantes cosas más. Es un año agotador, sencillamente, porque no deje de crear y de extender lo creado; dentro y fuera de los universos roleros.
Me gusta decir que fue un año productivo, a pesar de todo. Aún no termina, pero ya estamos en la recta final.